Los viajes de vida a bordo son una de las mejores maneras de disfrutar del mar. Bucear, comer y dormir. Bucear, comer y dormir…
Cada día te despiertas en un nuevo punto de buceo y solo debes preocuparte de estar listo cuando toca ir al agua y de dónde te vas a echar la siesta después de comer, ¿qué puede salir mal?
Pues, por desgracia, bastantes cosas.
Al igual que siempre que buceas, en un viaje de vida a bordo debes cuidar mucho de tu seguridad y tu salud. Incluso más aún, ya que realizarás muchas inmersiones en días consecutivos y los pequeños problemas tienden a acumularse y empeorar.
Así que, después de ver a muchos buceadores casi arruinar su viaje, a veces por problemas fácilmente evitables, he recopilado esta lista con los aspectos de seguridad más importantes y los problemas más habituales que suelen ocurrir en este tipo de cruceros.
Lee con atención, ¡para que no te pierdas ni una inmersión!
Consejos de seguridad y salud para tu vida a bordo
Briefings
Si hablamos de seguridad hay que empezar por lo básico: escuchar bien los briefings. Tanto sobre el barco en general como sobre los puntos de buceo. Aunque puedan ser un poco largos y hayas escuchado otros antes, es importante prestar atención, pues se dan normas específicas de ese barco y lugar.
Ten en cuenta que la tripulación seguramente habrá hecho muchos viajes en ese barco y esa zona, por lo que cualquier cosa que nos mencionen tiene su razón de ser. Así que entérate bien, pregunta si algo no te queda claro y, sobre todo, haz caso a todo lo que se dice.
Seguridad en el barco
Además de seguir todo lo que se nos haya indicado en el briefing de seguridad hay que ser consciente de los peligros específicos que pueden surgir en un barco de vida a bordo.
Algunos puntos importantes son no fumar en zonas donde no está permitido, correr por la cubierta del barco o entrar en salas reservadas para la tripulación. Por ejemplo, puede no parecerte grave fumar en otra zona, pero quizás haya combustible almacenado cerca.
Ten mucho cuidado al moverte por el barco y al entrar y salir del agua. Especialmente en escaleras o zonas mojadas, donde puedas resbalar y, más aún cuando tengas el equipo de buceo puesto.
Es fundamental también tener claro los procedimientos de seguridad, como a dónde dirigirte en caso de evacuación o dónde están los extintores. Y, por supuesto, aplicar el sentido común, como no ponerte a encender velas dentro de tu camarote… ¡Trabajando en un vida a bordo se ve de todo!
Por último, sé consciente del riesgo que suponen las baterías de litio, que cada vez son más numerosas y son una de las principales causas de incendio hoy en día en barcos. Asegúrate de que baterías y cargadores estén en buen estado, siempre bien secas, y no las dejes cargando sin supervisión.
Enfermedad descompresiva
Hay que tener en cuenta que estamos realizando un buceo muy intensivo durante un viaje de vida a bordo. Por lo que hay que ser especialmente cuidadoso para evitar un problema de enfermedad descompresiva.
Debes ser muy respetuoso con los tiempos límites de no descompresión que te marque tu ordenador de buceo y las profundidades y tiempos máximos especificados en el briefing. Y, por supuesto, realizar siempre ascensos muy lentos y completar tus paradas de seguridad.
En algunos barcos tienes la posibilidad de bucear con nitrox o aire enriquecido, que es siempre una buena opción, aunque para ello debes estar certificado.
Es una norma común de seguridad en muchos barcos de vida a bordo que no se te permita bucear durante 24 horas si entras en deco en alguna de tus inmersiones, ¡una razón más para prestar mucha atención a tu ordenador!
Oídos
Pese a ser menos grave que la enfermedad descompresiva, es mucho más común, pues raro es un viaje en el que no acabe algún buceador con molestias de oídos. Y esto puede significar desde perderte alguna inmersión hasta, en el peor de los casos, varios días completos de buceo.
Así que, si no quieres ser tú ese buceador, te recomiendo tener siempre un cuidado extra con tus oídos cuando estés en un vida a bordo. Empezando por compensar con suavidad y nunca forzar para descender, pero también realizando lavados de oído frecuentes para prevenir posibles infecciones.
Y, por si todo falla, tener a mano gotas para los oídos.
Hidratación
Los problemas de salud derivados de la deshidratación son quizás los más frecuentes en los viajes de vida a bordo. Estos incluyen dolor de cabeza, fatiga o mareos y pueden llegar a ser muy graves en casos extremos. Además, se pueden confundir con síntomas de enfermedad descompresiva, lo que puede asustar más aún.
Lo ideal sería beber al menos 3 litros de agua al día y, para controlarlo, lo mejor es tener siempre una botella reutilizable a mano. Aunque pueda parecer mucho, ten en cuenta que se pierde mucho agua al bucear. Por lo que si realizas 3-4 inmersiones diarias debes aumentar considerablemente tu hidratación.
No hay que abusar de bebidas diuréticas como el café, té o refrescos y, por supuesto, evitar en lo posible el alcohol. Es verdad que una o dos cervezas en cubierta después del día de buceo entran muy bien, pero no te pases de ahí o te arrepentirás al día siguiente… ¡Y bebe agua extra antes de dormir! 😉
Es también habitual ver en los barcos “sobres de rehidratación“. Aunque estos están indicados para diarreas o vómitos, tomar uno al día viene muy bien para tener un punto extra de minerales que favorecen mantenerte bien hidratado.
Sol y quemaduras
Las quemaduras del sol son otro de los problemas de salud típicos de un vida a bordo, que pueden darte dolor de cabeza y contribuir a la deshidratación. Además de ser dolorosas y, más aún, cuando tengas que ponerte encima el traje de neopreno ajustado.
Así que protégete muy bien, pues siempre acabamos pasando más tiempo al sol de lo que creemos y nos quemamos casi sin darnos cuenta.
Lo mejor es evitar el sol en las horas centrales del día, usar una camiseta de lycra protectora si nadas o haces esnórquel y protegerte la cara con crema solar. Siempre con una crema respetuosa con el mar y los corales.
¡En este artículo tienes más información y consejos!
Descanso
Debes ser consciente de que tantos buceos en días consecutivos supone también un esfuerzo físico, por lo que es clave descansar bien para poder estar a tope en tus inmersiones.
Aunque bucear cansa, y es muy posible que caigas rendido al final del día, hay gente que le cuesta dormir por estar en un barco o por el jetlag. Si es tu caso una buena idea es llevar tapones para los oídos, pero asegúrate de tener los oídos bien secos para prevenir infecciones.
Y en los ratos libres entre comidas e inmersiones, nada mejor que aprovechar para una buena siesta en cubierta con la brisa del mar, eso sí, ¡siempre a la sombra!
Seguro
Tener un seguro de buceo es absolutamente necesario en este tipo de viajes, y obligatorio en la mayoría de operadores. Pues estarás en zonas remotas y en algunos países donde, en caso de necesidad, la atención hospitalaria puede ser muy cara y complicada. Es importante tener los datos de tu seguro a mano y compartirlos con la tripulación.
Personalmente, te recomiendo DAN (Divers Alert Network), ya que tiene una linea de atención telefónica de emergencia 24h, lo cual es genial en un vida a bordo si necesitas la opinión de un médico especializado.
Si aún no tienes tu seguro, echale un ojo a este artículo:
El seguro de buceo: Guía y comparativa 2021
Otras lesiones
Hay otros problemas que, aunque son más pequeños, pueden agrandarse con el paso de los días y llegar a ser muy molestos. Por ejemplo, una rozadura en el pie debido a las aletas o los escarpines, para lo que puedes llevar calcetines de algodón y tiritas. O una pequeña herida abierta, que en los lugares tropicales se infectan con mucha facilidad, y conviene limpiar a menudo con un antiséptico.
Aunque en el barco habrá un botiquín bien equipado, te recomiendo llevar algunas cosas básicas para tenerlas a mano. Puedes incluir gotas para los oídos, pastillas anti diarrea, betadine, tiritas, sobres de hidratación o repelente de mosquitos (para cuando estés en tierra). Además de medicinas para alergias o para el mareo si eres propenso a ellos.
Si tomas algún tipo de medicación, debes avisar a la tripulación de ello, para que estén al corriente en caso de necesidad.
Y cuida también bien de tu alimentación, tanto en el barco como los días anteriores, especialmente si estás en un destino tropical o donde no estés acostumbrado a la comida.
Equipo de buceo
En cuanto a tu equipo de buceo, revísalo bien antes de tu viaje y haz un mantenimiento si es necesario, pues también es una posible causa de accidente. Como la rotura de un latiguillo del regulador cuando estás a profundidad o una tira de la aleta cuando nadas en una corriente.
Es fundamental asimismo informarte sobre la temperatura del agua en tu destino y elegir bien qué traje y accesorios necesitas para no pasar frío. Pues realizarás varias inmersiones al día y la pérdida de calor se va acumulando.
Igualmente, asegúrate de llevar una boya señalizadora de superficie, verificar la batería de tu ordenador o si es necesario un gancho de corrientes, entre otros. Y lo ideal sería llevar también algunos repuestos básicos, como boquillas, tira para la máscara/aletas o juntas tóricas, aunque es muy probable que dispongan de ello en el barco.
Para terminar, te aconsejo que si en algún momento durante tu viaje de vida a bordo no te encuentras del todo bien o si tienes dudas de si entrar al agua, lo mejor es que te quedes en el barco y descanses.
Puedes preguntarle a tu guía cuál es la inmersión “menos imprescindible” del día y aprovecharla para descansar.
Tenemos la costumbre de no querer perdernos ni un solo buceo, porque además hemos pagado por ellos, pero es siempre mejor saltarte una inmersión que arriesgarte a perderte el resto del día o del viaje… O peor aún, tener un accidente o una lesión.
¡Cuídate y disfruta de tu viaje!